sábado, 25 de junio de 2016

Definición:  
     La ética es una ciencia que tiene por objeto de estudio a la moral y la conducta humanas. Nosotros sabemos qué cosa es buena, qué otra cosa es mala, si alguien es respetable o corrupto, leal o indigno, gracias a precisamente la ética, que es la que propone la valoración moral de las personas, acciones o situaciones y por lo tanto será esta misma la que guiará nuestro comportamiento y la que aparezca en momentos que sea necesario obtener una guía de cómo se debe actuar en determinadas oportunidades.  El origen y el estudio de la ética se remontan a la época de oro de la Grecia con sus grandes pensadores. Por ejemplo, en esa época Platón escribió su conocidísimo tratado sobre política denominado La República y Aristóteles también haizo lo suyo con respecto a esta y da origen al primer tratado de ética bautizado Ética a Nicómaco y que proponía que todo ser humano está orientado a encontrar la felicidad o ética eudemónica. En tanto, el concepto fue ampliamente tratado posteriormente por otros filósofos que proponían una visión absolutamente distinta a la de la antigüedad, tal es el caso de Immanuel Kant, por ejemplo y que sostenía que la moral solo podía estar regida por la razón.

     Por otro lado, la ética, se subdivide en varias ramas, como ser la bioética, la ética Hacker, revolucionaria, Kantiana, empírica, entre otras, sin embargo, nos ocuparemos de una de las más conocidas y de la de más corriente aplicación en el mundo profesional, como es la deontología profesional, que forma parte de la ética normativa y es la rama de la ética que se ocupa del estudio de las normas morales y los fundamentos del deber que tendrán que seguir y observar los profesionales de cada ámbito: jurídico, médico, periodístico y que lo lograrán a través de la observación de los postulados sostenidos en los códigos deontológicos, los cuales regulan y reglamentan la profesión y por supuesto marcarán también cuando se este ante un comportamiento no ético de parte de alguno de estos profesionales.


     Es que precisamente en profesiones como las de los médicos, los abogados o los periodistas, además de la pertinente formación académica que se necesita para desarrollarlas, es de vital importancia que estos también se ilustren en cuanto a los comportamientos que se alejan de la ética, porque a veces, algo tan preciado como es la vida, en el caso de la medicina y encargada de preservarla a esta es necesario que ya desde la universidad se machaque en este sentido, para evitar futuros dolores de cabeza o pérdidas más drásticas.

jueves, 23 de junio de 2016

Paradigmas de la ética 

Antes de iniciar con los tipos de paradigmas de la etica es importante comprender la definicion de la misma:


     Son las maneras de percibir el mundo, de pensar, de valorar y actuar con base en una visión particular de la realidad.

Según Barker(1995), define más específicamente como “conjunto de reglas y disposiciones implícitas o explícitas que permite
Establecer y definir los límites de una situación, y Indicar cómo comportarse para tener éxito dentro de esos límites”

Para Barker, algunas características interesantes son:

*Los paradigmas cambian constantemente y además suponen e implican invertir o romper reglas vigentes.
*Mientras existe un paradigma vigente, es posible conocer o distinguir las señales de los próximos paradigmas.
*El “efecto paradigma” implica que lo que es notorio y obvio para una persona con un paradigma dado, es casi imperceptible para otra persona con un paradigma diferente.
   
  Los paradigmas son útiles porque nos permiten resolver ciertas situaciones. También pueden ser armas de doble filo, ya que por una parte puede ayudar a focalizar y diferenciar la información importante de la que no lo es. Pero por otra parte puede hacer que ignoremos información que no concuerda con nuestros paradigmas y así solo consideramos lo que queremos o esperamos considerar.

Paradigmas sobre el bien común:

     Para entender de qué se trata el bien común conviene que antes aclaremos que la ambigüedad del término sigue hasta nuestros días por una serie de problemas de raíz del mismo concepto. En primer lugar, el bien común define una serie de aspiraciones que se supone comparten una gran cantidad de personas y que los une en la búsqueda de un determinado fin, a saber: bienestar económico, una familia feliz, buena salud, educación, entre otras tantas. Pero este tipo de "bienes" - materiales - se distancian mucho de la búsqueda verdadera de la felicidad del ser humano (aunque parezca lo contrario en nuestra sociedad consumista) y son los bienes no materiales los que suponen un problema para el bien común. Porque aspectos del individuo como la búsqueda de su espiritualidad, sus placeres intelectuales, su desarrollo como individuo se escapan de lo que podría ser entendido como bien común; en este sentido los seres humanos se diferencian mucho unos de otros puesto que los caminos seguidos para el desarrollo como individuo suelen se únicos, particulares. Aquí el término bien común entra en un conflicto y se define como la imposibilidad de determinar si cierto comportamiento es o no ético para una persona que alega estar en búsqueda de su camino a la felicidad pero cuyas acciones van en desmedro del camino al bienestar de otro u otros individuos.

 El siguiente vídeo muestra con mayor facilidad este concepto:


     En la búsqueda del bien común se vinculan muchos aspectos donde quizás el más complejo de democratizar sean las intersubjetividades de los individuos que buscan ser felices sin interrumpir la oportunidad de felicidad para otros. Sin embargo y de acuerdo a las diversas circunstancias se pueden establecer variadas esferas de "bien común". A continuación profundizaremos en las más llamativas de ellas, es decir, la búsqueda del bien común (principio ético) en el ámbito profesional, las características de éste en el aspecto social (ética civil) y la relación entre poder y ética (ética política).

Paradigma utilitarista:

     En la ética sostuvo el criterio utilitarista de buscar el máximo bienestar del mayor número de individuos, la felicidad general (General Happiness) como criterio y fin de la moralidad, apelando al sentido común de los seres humanos para ser tenido como principio y guía de la acción. Esta doctrina ética sostiene que la felicidad de los individuos, de cada uno, depende de la de los demás. En la medida en que logro la felicidad de los demás consigo también la propia, de manera que para un individuo resulta útil lograr la felicidad del conjunto en el que se encuentra inmerso. Buscar lo útil consiste en ser práctico, valorar las cosas de manera distinta según el uso que se haga de ellas. Un cuchillo en sí mismo no es ni bueno ni malo, resultará bueno si le sirve al conjunto de los individuos para cortar pan o tallar madera y malo si lo utilizan para matarse. Por tanto, lo malo es lo inútil para conseguir la felicidad y lo bueno es lo útil para lograrla. No es correcto decir que un cuchillo puede ser útil para matar, ya que el utilitarista, reserva el calificativo de útil, tan sólo para aquello que, manejado de determinada manera, proporciona bienestar al mayor número.


     El utilitarismo obliga a repetir constantemente los juicios éticos, que serán relativos al uso que se haga de las cosas, es decir, a las prácticas o conductas que se desarrollen con ellas. La religión o la energía atómica no son ni buenas ni malas, no puede establecerse para siempre la bondad o maldad de algo, sino que depende, en cada caso, de los resultados prácticos. Resultará, las más de las veces, que el utilitaristas calificará a las cosas, vinculadas siempre a conductas, de buenas si resultan beneficiosas y malas si resultan perjudiciales; resultando algunas de ellas buenas y malas a un mismo tiempo, al depender de la utilización que se haga de ellas. Así, la energía atómica es buena (útil, benéfica) en la medida en que proporciona iluminación a las grandes ciudades y mala (perjudicial) en la medida en que permite fabricar bómbas atómicas o desechar residuos radiactivos al mar. Esta consideración ética perdura en nuestros días con el nombre de pragmatismo el cual se caracteriza por hacer depender el juicio ético de los resultados prácticos y así medir la conducta bajo el criterio de su eficacia social.

miércoles, 22 de junio de 2016

Criterios de la ética

    
  A pesar de que con el paso de los siglos muchos de sus planteamientos filosóficos han sido superados, Aristóteles ha sido uno de los grandes genios de la historia del pensamiento en muy diversos ámbitos de la Filosofía y de la Ciencia. Sus análisis psicológicos y sus reflexiones sobre el comportamiento humano desde una perspectiva moral siguen asombrosamente vigentes en muchos de sus aspectos.
    El mismo expresa los siguientes conceptos como los criterios que conforman a la ética :

El fundamento intuicionista
    
   El ser humano es un animal racional. Es el término medio entre Dios y el animal. Dios es racional y perfecto y no se tiene que preocupar por el bien, los animales no se pueden plantear la pregunta. El saber vivir es la tarea fundamental del ser humano.
Para Aristóteles vivir bien será vivir plenamente según nuestra naturaleza.
Nuestra naturaleza es animal y racional, tendremos que cumplir con esas dos disposiciones. Debemos buscar un equilibrio entre nuestras necesidades físicas (alimentarse, reproducirse,..), emocionales (relaciones sociales) e intelectuales.  La ausencia completa de riquezas y placeres es incompatible con la felicidad, que no consiste en estos bienes, pero los supone. 



  La felicidad no la alcanza el hombre solitario, sino el que se relaciona con los demás, porque el hombre es un ser social.
"El hombre solitario es una bestia o un dios."
La ética de Aristóteles es una ética de la felicidad, pero también es una ética de la virtud ya que ésta es el medio para alcanzar la felicidad.

La virtud es la capacidad del alma para comportarse de un modo determinado.
La virtud se adquiere a través del ejercicio y el hábito, es decir, para ser justo, es necesario practicar la justicia.
Aristóteles considera que nadie se hace justo por "naturaleza" (aunque una predisposición natural sea importante) ni tampoco resulta suficiente la enseñanza (rechaza el intelectualismo moral).

     Para Aristóteles, la virtud consiste en un término medio, lo cual no significa mediocridad sino un equilibrio entre los vicios de los extremos.  El "valor" es un justo medio entre la "temeridad" y el "miedo". El punto medio no es una abstracción en general, sino que se aplica de acuerdo a las circunstancias de cada caso. El hombre prudente es el que sabe elegir el justo medio. La máxima felicidad la alcanza el ser humano si lleva una vida intelectual, dedicada a la búsqueda de la verdad, que permite alcanzar la sabiduría.
Esta felicidad no está al alcance de los niños, las mujeres, los esclavos, los artesanos y los campesinos sometidos al trabajo físico.

 El Convencionalismo Jurídico

     Busca una postura intermedia entre el iusnaturalismo y el positivismo jurídico. La ley debe buscar la justicia. Pero no existe nada por encima de las personas que pueda limitar su voluntad. El derecho debe estar consensuado. Esto puede llevar al relativismo, distintas comunidades pueden tener ordenamientos jurídicos muy distintos. El derecho debe aspirar al universalismo en un mundo cada vez más interrelacionado.


 El derecho debería basarse en un concepto de justicia que tuviera en cuenta a toda la humanidad.

El Criterio Legal

   Este consiste en orientar y dirigir la conducta por medio de normas y leyes establecidos por terceros en algún código. En cierto aspecto este tipo de criterio resulta muy cómodo, pues uno puede consultar la ley y actuar conforme a ella sin mayor discusión. En atención a dicha ley o conjunto de normas el individuo está dispuesto a contravenir lo que dicen sus instintos, su inconsciencia (Super Yo) y la presión social.

Si damos más importancia a la letra y no al propio espíritu de la ley, caemos en el legalismo.

El Criterio basado en la presión social

 “A la sociedad no le interesa la libertad porque esta no engendra orden, coherencia social, agrupación provechosa, sino más bien la fragmentación de actividades, individualización y atomización social. La libertad provoca miedo, angustia: inquieta al individuo, que se encuentra frente a sí mismo, dudando, ante la posibilidad de elegir y experimentar así el peso de la responsabilidad; pero incomoda igualmente a la sociedad, que prefiere personajes integrados en el proyecto asignado a cada uno, antes que una multiplicidad de piezas interpretadas por pequeños grupos de individuos.”


   El individuo está sometido a la "presión social". Podemos confundir "obligación" con "presión social". Normalmente este tipo de conducta no tiene nada de objetable. Cada sociedad tiene normas y valores que son fundamentales para la convivencia. Se transmiten por medio de la familia, la escuela y los medios de comunicación.
   Para que sean efectivos deben convertirse en parte de nosotros no solo intelectualmente sino también emocionalmente, de forma que el conocimiento de una norma se transforme en un imperativo o una prohibición interiorizada.

 El Criterio basado en el Super Yo. (conciencia)

     El sujeto se deja orientar rígidamente por ciertas normas o valores que los padres y educadores le han transmitido desde la infancia.
     Esas normas y valores forman parte del inconsciente del sujeto y por esa razón tienen un carácter autoritario, rígido, exagerado. De hecho este tipo de criterio impide al sujeto hacer excepciones cuando se encuentra en una situación dudosa. La orientación que este experimenta es mecánica y ni el mismo puede saber porqué tiene que actuar en determinado sentido. Aparecen fuertes sentimientos de culpa.